y he tardado un instante en quererte,
ha sido probar tus labios y reconocerte.
Cuantas noches soñándote
princesa en mis sombras
luna en mi crepúsculo.
Cuanto tiempo malgastado,
gastando suelas sin rumbo
esperando encontrarte
en la siguiente esquina,
y tu tan cerca, tan lejos.
Cuantos desvelos imaginándote,
cayendo rendido para seguir soñándote,
despertando entre sabanas frías
para seguir añorándote.
Cuanto tiempo escribiéndote,
llenando las paginas de cuadernos
con anhelo de tristeza y tinta,
desengañándome una vez tras otra
al descubrir que solo abrazaba sombras.
Cuantos sueños absurdos
llenos de castillos de arena
y vientos de conformada rutina,
inmerso en fríos glaciales,
ahora se que es lo que esperaba encontrar...
Mi boca y tu piel
fundiéndose en un cuerpo indivisible,
atándome a tu cintura,
mirando mi reflejo en tus ojos,
dejando mis miedos
para hacerte mi punto de partida.
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