lunes, 17 de junio de 2019

Cuando esté sumido en el sueño eterno - Pere Ll. Mataró



Cuando esté sumido en el sueño eterno,
aún quedarán puestas de sol
para que quizás alguien recuerde
que pasé por allí,
en la paz de los caminos,
en el verde de los arboles,
en el azul del cielo,
en la linea del horizonte.

Quizás algunos ojos recuerden
el reflejo de cuando
estuve cerca,
y algunos labios
añoren el beso compartido.

Quizás al escuchar alguna música
te acuerdes de mi,
o al escuchar algún que otro silencio,
o puede que al leer alguno
de mis escritos.

De alguna u otra manera,
seguiré aferrándome en lo
que me rodea, 

testigo de mi corto y rápido paso,
y quizás alguien, en el tiempo,
conservará mi recuerdo.

Editors - Ocean Of Night

Recuerdos nada más - Pere Ll. Mataró


Me levanto aún de madrugada,
ahora duermo bastante menos que antes.
Me aseo como de un rito se tratase,
sin pensar,
con el automatismo aprendido con el tiempo.

No reconozco al que esta reflejado
en el espejo, aunque diría que se parece
algo a mi, tiene la mirada triste,
como yo.

Refresco el gaznate reseco
por la última pesadilla que me ha acechado
esta noche, y salgo a la calle,
sin tomar café;

Nunca me ha gustado.


Me siento en un banco
tras un corto paseo acompañado
por el rechinar de mis rodillas,
y veo a otros, otros viejos,
sentados a tomar un poco de sol
y a airear sus soledades.

Charlas incoherentes
con imágenes dibujadas en el aire,
los más agraciados
conversan con sus perros,
y yo perplejo por formar parte de ese paisaje.

De sueño a a sueño,
postrado en una rutina devastadora,
añorando tiempos de rock and roll,
vagos recuerdos,
recuerdos nada más

Manchester Orchestra - The Silence

En otro lugar, otro tiempo - Pere Ll. Mataró


Desde la azotea,
entre la ropa tendida,
abrazándome el agosto
y con el sueño perdido
en el horizonte, pienso
en otro tiempo.

Bajo la sombra del árbol
charlamos de nuestras cosas
mientras refrescamos los pies
en las frías aguas del deshielo.

Jugamos a saltar
en los charcos de las calles
tras la lluvia de primavera,
y caminamos los pasos de otros pies
con las manos en los bolsillos vacíos de rencor
y repletos de esperanza.

Pensamos que nadie muere de hambre,
que todos llegan a la mesa repleta de manjares,
mientras soñamos que algún día
el hombre pisará la luna.

Merendamos pan con vino y azúcar,
recién preparado por “la iaia”,
dejando de lado la ciudad,
en esta larga tarde
de noche infinita.

En otro lugar, otro tiempo,
descifraremos los enigmas que nos atrapan
y pondremos subtítulos a nuestros secretos...