miércoles, 19 de marzo de 2014

La inmoralidad de los amantes - Pere Ll. Mataró

Silencio frío e inerte
en la habitación de los amantes.

El tiempo del abrazo ya ha pasado,
hace tiempo que ella se ha ido con la primera brisa temprana.

En la cama yacen las sabanas,
aún húmedas de fluidos derrochados por sus cuerpos.

El olor de la pasión resbala por las paredes
del nido de los que han sucumbido al desenfreno del deseo.

Fuera, en la calle, todo transcurre como siempre, en la más sumisa normalidad,
nadie conoce el secreto que se guarda entre las cuatro paredes testigo de lujuria y desborde pasional.

Cada uno de los amantes volverá impasible a formar parte de la calle,
de esa normalidad correcta en que se acomoda la mayoría.

Guardarán el secreto de lo prohibido detrás de una sonrisa, detrás de un falso beso a su pareja legal, fingiendo seguir el protocolo de moral esperada.


Se sumergirán en un baño de decencia 
para guardar las apariencias de la voraz crítica.

Pero al llegar la noche, cuando pica la entrepierna,

cuando se busca el calor del abrazo,
no podrán evitar volver a caer en lo prohibido,
trasladándose al recuerdo de lo compartido en aquella habitación
testigo discreto de la inmoralidad de los amantes.

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