sábado, 6 de septiembre de 2014

Semilla en la tierra - Carlos Chaouen

Duele, la vida como un puñal hay veces que duele,
y nada tiene que ver con tu boca
que hecha para besar hay veces que muerde,
que anuncia cordura y a veces se vuelve loca
y duele porque la piel no es materia inerte,
y duele porque el querer es dolerse a veces

Tiembla, la vida como con miedo hay veces que tiembla,
y nada tiene que ver con el aire
que mueve tu ropa en noches de luna escueta,
que aprieta, suelta y evoca y me enloquece,
y tiembla por los latidos que tú provocas
y también porque el querer es temblar a veces.

Y cada uno en su camino va cantando espantando sus penas,
y cada cual en su destino va llenando de soles sus venas,
y yo aquí sigo en mi trinchera, corazón, tirando piedras
contra la última frontera,
la que separa el mar del cielo del color de tus maneras,
la que me lleva a la guerra
a ser semilla en la tierra

Y no me pidas tanto, corazón
que tengo poco aire en el pulmón,
lo que tengo es un castillo en el cielo,
si viene la guadaña a mi rincón
enjuágame la frente en tu sudor
y le das un beso a todos si me muero.

Ríe, la vida como un volcán hay veces que ríe
y nada tiene que ver con el tiempo.
Se ríe porque para ella somos tan leves,
como el humo azul que del pudor se desprende,
y ríe porque tu llanto se lo merece
y también porque el querer es reírse a veces

Vive, la vida por compasión hay veces que vive
y nada tiene que ver con la muerte,
y cuando llegue ese instante déjame verte,
que no hay mayor libertad que tenerte enfrente
y que nadie sea absuelto por no quererse,
y vive porque el querer es vivir con creces

Y si todo es semilla no me dolerá la astilla,
que sangran de mi costado tus andares de chiquilla,
y no me digas nada, déjame a mí en mi ventana
con los pies del otro lado, yo me fumo mis mañanas.

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