El tiempo abre heridas
que no curan rápidamente,
sangran hasta hacernos desangrar.
El miedo a morir apresura nuestro paso,
mientras me pierdo en un mar de soledad
al mirarme en tus ojos.
Tu silencio basta para comprenderte,
sobran las palabras,
el dolor es profundo e indeleble cuando lo descubro.
Los recuerdos quedan grabados como un leve gemido,
mientras continuamos sangrando
con el paso del tiempo.
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