En las horas muertas,
donde las olas del pensamiento
me arrastran a lugares inciertos
busco los impulsos que me hicieron cambiar de rumbo.
Y resurge de entre todos un pensamiento que siempre
me enfrenta a la semilla negra,
a la sombra de la luz,
al beso oportuno donde se pierde la razón y el alma.
Al pensamiento de tu abrazo en el filo del precipicio,
al momento, al único momento en que me sentí reconfortado
en este torbellino donde me ha tocado vivir.
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